El sonido de la música llenaba aquel lugar, era distinto a los sitios que su persona frecuentaba, era cálido y tan humano, los humanos son parecidos a los de su especie sin embargo son tan frágiles y tan poco sutiles, al fondo de aquel bar se encontraba un grupo de personas reunidas, el color pálido comparado con los otros y esos rasgos definidos todos poseedores de un extraño atractivo entre los demás presente aquellos hombres eran su contacto. sus pasos fueron disimulados, si bien el Blood Throne le había perdonad su falla era cierto de igual manera que ahora se encontraba expuesto como en pocas ocasiones, sus ojos se cerraron y su rostro que se mantenía tenso se relajo hasta formar esa sonrisa peculiar que siempre se mantiene en su rostro, parte encantadora parte peligrosa, sus movimientos continuaban con esa sutil elegancia y su mirada que estaba algo alterada hasta hace segundos, recobro de inmediato esa extraña y encantadora chispa propia de un comerciante y sobre todo de uno de su especie.
-Caballeros, buena noche tengan todos ustedes- exclamo en ese tono un tanto cínico, él sabía perfectamente que aún entre los de su especie no era el más apreciado de los comerciantes. Las reacciones en aquella mesa fueron variadas, seriedad y descontento por parte de un hombre de cabello tan negro como el de él y una mirada fría y severa, quizá la reacción más interesante que recibió provenía justo de un par de chicas que conforme el se acercaba a tomar asiento en aquella mesa se colocaron una a su diestra y otra al lado contrario. Los brazos del vampiro se abrieron apoyándolos en el respaldar de una enorme banca en la cual se encontraban y una sonrisa de complicidad fue dirigida a las chicas así como el aroma de aquellas joven llego a su nariz impregnándose de inmediato en su mente.
-Damas- exclamo saludando a aquellas jóvenes, una de ellas blanca de un cabello rojizo que apenas se distinguía de u castaño, el joven vampiro tomo la mano de aquella chica y la acerco a él dando un besos y aprovechando para sentir el cálido taco de la piel de la joven y el aroma delicioso de la sangre que fluía por las venas de la chica. Un gesto similar fue dirigido a la otra de las jóvenes, aún y cuando el sabia que aquel par de féminas no eran más que humanos entrenadas y utilizadas para servir a los vampiros, tanto como alimento como en cualquier otro deseo que los de su especie poseyeran, si bien eran consideradas como mercancía por él y su organización aquel gesto era natural en el. Su sonrisa se amplió ante la respuesta de las jóvenes, las manos de ellas pasaban disimulada y no disimuladamente sobre su ropa de forma suave y sus rostros se acercaban al cuello del joven que dirigía una mirada a sus anfitriones, en especial a aquel hombre de cabellos oscuros que parecía más molesto conforme el se sentía más cómodo.
-Señores un interesante establecimiento, sin embargo no es por el ambiente o la sumamente agradable compañía que estoy aquí-, sus ojos dirigieron una mirada divertida a una de las chicas al tiempo que su rostro se inclino a donde ella, sus labios rozaron la piel del cuello de la pelirroja y se abrieron para dejar un leve instante sentir su aliento y posteriormente clavar con delicadeza sus colmillos en la piel de la joven. Un leve suspiro y después un estremecer completo de la pelirroja fue aún más incitante al momento de alimentarse, asegurándose de que fuera una breve prueba, los ojos del vampiro adquirieron un tono rojizo muestra de su sed y finalmente sus parpados se cerraron para liberar a la chica llevando consigo su sabor, una delgada gota corría por el borde derecho de los labios del vampiro misma que limpio con una inusual delicadeza. –Veo que también tienen un buen producto,- exclamo para después observar a los hombres.
-sin embargo ¿en que se diferencian de los demás?, traficar humanos es algo muy común, simple, y si bien esta joven es hermosa y deliciosa- dijo al momento que retiraba sus labios de la piel del cuello de la joven lamiendo aún los restos de sangre que corrían por ella, -también es cierto que hay muchas más como ella- exclamo sereno, su función era cerrar un trato con aquellos hombres, en especial el que siempre dirigía una mirada de desaprobación , “quizá su cara es así”, pensó al momento que la otra joven llevaba su mano por su pierna subiendo hasta el muslo y continuando su camino hasta provocar otra reacción en el.
La extraña llamada de aquella joven provoco que la mirada del vampiro se clavara en ella.-Otra muestra gratis- exclamo casi juguetón al acercarse a ella y sin embargo sus ojos se clavaron fijo en aquella joven y el aroma casi dulce y enviciante de ella entro en el acercándose para ser él quien mordiera el labio inferior de esta besándole de forma profunda, su mente se bloqueo por un instante obviando incluso las caricias de aquella mujer y las zonas en que las realizaba, y finalmente su instinto más bajo se apodero de el al llegar al cuello de la joven y clavar sus colmillos comenzando a lamer y succionar aquel líquido cálido y delicioso, “ninfa” reacciono sin detenerse, si el lugar fuera más privado aquel hubiera sido u espectáculo distinto aunque el final no hubiera cambiado, de igual forma que aquella joven lo hizo en aquel sitio todo habría concluido con esa mujer desfalleciendo entre sus brazos y el lamiendo el cuello de la joven separándose poco a poco de ella. –caballeros, en nombre de la organización que represento puedo asegurarles que tienen un trato-, exclamo sin más la joven seguía viva pero aún en aquel estado resultaba algo adictivo.
Un grito se escucho y varios vasos cayeron, el alboroto en aquel sitio era evidente pues una joven habría visto aquella escena, y la sonrisa del vampiro se hizo más marcada al momento que dirigió una mirada a sus anfitriones,-bueno, si es que logran arreglar esto- Concluyo.