Ridículo, totalmente absurdo. Aquellas frescas ideas cruzan la mente de uno de los tantos testigos del intentando del rubio personaje por llamar la atención, un clásico buscapleitos de esos que solo se pueden encontrar en los lugares más bajos de cualquiera de los planos, no era de extrañarse para nada el que alguien así llegara de vez en cuando a la ciudad del Nexo, nunca falta un hombre que se sienta superior al Regeln solo por el hecho de golpear a un montón de bravucones o por ser “el mejor” lo que sea de su plano, simplemente es absurdo y una pérdida total de tiempo cuando se pone en práctica el hecho de que hay personas que simplemente prefieren ponerse luces fosforescentes, saltar y hacer todo lo posible por atraer la atención a donde ellos, y de igual manera existen personas que buscan todo lo contrario, que tratan de mantenerse a raya, de hacer lo posible por ser invisibles puesto que después de todo para eso les pagan, ¿Cuál de los dos está en lo cierto?, no existe una respuesta correcta ni errada a aquella idea y conforme los segundos pasan la presencia de la autoridad del plano Sild es inminente.
-No terminamos aun de hacer ruido ¿verdad?- rompe el silencio una voz proveniente de uno de los rincones del lugar, envuelto en sombras como suelen estar los de su especie una silueta de un joven de negros cabellos que da la espalda al espectáculo se mantiene alerta, después de todo lo último que quiere es verle la cara a agentes de autoridad de este plano, ya tiene un expediente lo suficientemente grande como para que alguno de ellos le reconozca. Su mano diestra se alza mostrando un vaso lleno de un liquido carmesí, una especie asquerosa de sangre sintética que la gente del Nexo sirve a los de su especie con la intención y la buena voluntad de que no terminen atacando a las personas a su alrededor, a él que le importa, después de todo es fácil de conseguir y al menos te da la sensación de saciedad por suficiente tiempo, no es que el vaya a quedarse más del debido en aquel plano que aunque es curioso le resulta a la vez repugnante hasta cierto punto. –Si tenias pensado desde un inicio provocar problemas, hubiera sido mejor que fueras a los cuarteles del Regeln- exclama con malicia sin voltear aun y manteniendo una actitud que dista mucho de exaltarse, no simplemente no es de su estilo el escapar de los problemas como ese, lo peor que puede pasar es que el Regeln llegue, logren doblegar al fortachón y el pueda continuar con su visita tranquila, aunque en el fondo de su mente el tiene la idea clara de que eso es algo que no sucederá, después de todo un buscapleitos en el Nexo no dejaría que las cosas fueran de esa manera ¿o sí?.
Su mano baja en ese momento y el vaso es llevado a sus labios para de un trago terminar con la bebida y soltar el mismo en la mesa levantando el rostro al techo para apoyar su mano derecha al frente e inclinar su peso hacia ella al levantar su cuerpo de la silla sirviendo este movimiento para girar quedando de frente a donde la acción se desarrollaba. Si bien su vista estaba ocupada en la pared de aquel local sus oídos son lo suficientemente agudos como para escuchar los movimientos de la persona a sus espaldas y al girar la vista de los miembros de seguridad del local derribados provocarían que sus labios se abrieran apenas milímetros mostrando una extraña e inquietante curiosidad, para finalmente curvarse en una especie de sonrisa que denotaba que pese al enfado que podría causar en él la presencia de un ser así en lo que él consideraba un día tranquilo, el rubio era una persona interesante, después de todo la organización en la que el actuaba siempre estaba en busca de personas como aquel ser aunque si bien eso era cierto el hecho de que no era un vampiro comenzaría a ser un problema para los planes del joven pelinegro.
-Vaya, en verdad eres un tipo de cuidado- exclama con sorpresa en sus palabras para avanzar un paso únicamente, dicho avance le permite quedar debajo de una tenue luz que ayuda a exponer su imagen, su cuerpo vestido completamente de negro al igual que el color de su cabello contrastando con el tono blanco y un tanto pálido de su piel que acompañan perfectamente a sus ojos azules de mirada profunda ahora completamente fijos en el rubio ajeno al plano Sild, el hecho de entender que no es un humano deriva únicamente de sacar conjeturas, ¿Qué humano sin ayuda de un arma o de alguna especie de armadura o mágica/tecnológica ayuda podría derrotar a varios miembros de la seguridad de un local acostumbrados a controlar diversos seres que convergen en el Nexo?, La respuesta para él era bastante obvia y cerrada, ninguno, al menos ninguno que el conociera, aunque siempre está abierto a encontrar sorpresas en su camino.
-Se me olvidaba agradecerte por el trago, creo que simplemente no hay nadie que esté dispuesto a cobrar mientras tu estés aquí- Menciona con un tono de voz cínico completamente haciendo alusión al hecho de que por los disturbios pocas de las personas que estarían cuidando el lugar estaban huyendo o escondidas en algún lugar, cosa que también había ocurrido con la mayoría de los visitantes de aquel sitio, no era para culparles después de todo cualquiera escaparía ante una situación así, las ordenes del Regeln son bastante estrictas cuando suceden esa clase de eventos en el Nexo, que si bien por su ubicación es perfecta para que distintas razas y seres convivan es también el sitio más vigilado del Sild… Aunque él como miembro del Blood Throne sabe perfectamente que aquello es más un mito que algo palpable, después de todo está acostumbrado a romper reglas de forma habitual y a dejar las llamadas leyes del Sild para otras personas.
-Ahora, ¿prefieres esperar a que lleguen los miembros del Regeln, o tienes predilección por retirarte antes?… pareces algo inteligente, pero también bastante conflictivo así que tu respuesta es todo un misterio- menciona al iniciar un andar lento mas calculado de forma casi perfecta, está completamente habituado a las respuestas del Regeln al grado tal que conoce que tiene tiempo de sobra para salir del lugar y simplemente perderse entre una de las tantas rutas de escape que su organización y raza tienen identificadas en aquel plano, la comodidad de ser partícipe de la mayoría de las actividades clandestinas entre planos esta de su lado al igual que la suerte, después de todo si ese sujeto decide convertirse en una distracción para el Regeln quizá tenga oportunidad de realizar algunos negocios por su cuenta el día de hoy, y de no ser así existe la posibilidad de encontrar un peligroso aliado, cosa que en una ciudad como esta jamás se debe de menospreciar o de ver como algo no factible, su andar se detiene al estar al lado del rubio desviando únicamente su mirada y dando dos segundos, no más para su respuesta iniciando su andar ahora con la vista puesta a donde la salida del lugar, una retirada tranquila y completamente de su estilo, por la puerta delantera sin importar lo que ocurra atrás.