Se mantenía tenso en aquel sitio esperando entender que era ese ruido que se escuchaba y sintiendo la reacción de la joven, su figura apenas y se adelanto un poco más para finalmente en el instante en que la voz de la chica se escucho, soltar un suspiro que reflejaba cierta tranquilidad y que con algo más de tiempo le permitió también el girar a donde ella se encontraba. Quizá era que su olfato en aquella forma era menor o simplemente que no estaba tan acostumbrado a los aromas, sin embargo para el aquello no tenía ningún olor en particular, sus ojos se cerraron en ese momento y tras ello siguió con sus pasos adentrándose al túnel y riendo para sus adentros ante las conclusiones de la dama, no eran solo ángeles los que habitaban en la superficie, hasta cierto punto el acto más gracioso es que el Regeln era compuesto por todo tipo de seres.
Por su mente habría pasado una duda sobre si incluso habría alguien de su especie en aquel grupo, los dragones eran seres orgullosos, hasta cierto punto dudaba que alguno fuera lo suficientemente deplorable para aceptar unirse a quienes barrieron con su raza. –Ten cuidado, quizá ellos no recuerden este lugar, pero nosotros tampoco lo conocemos del todo- atino a decir al momento que seguía los pasos de la dama. La oscuridad finalmente permitía ponerlos a cubierto ciertamente pero también ocasionaba algunos problemas de visión, mismos que en su caso eran solucionados al momento que sus ojos se adaptaban a ella y pese a que sus pasos eran acertados habría que recordar que no se encontraba solo en aquel lugar.
Una risita fue la respuesta inicial a la pregunta de la chica, por supuesto que el podría arrojar fuego, sin embargo eso era algo que no haría, arrojar fuego solo ocasionaría una llamarada leve que terminaría perdiéndose en el pasillo, sin embargo entendió perfectamente la idea. –Permíteme-, expreso para cerrar sus ojos y levantar la mano diestra abriendo la palma, el calor de su cuerpo se concentro en ese sitio y conforme su energía fluía leves chispas se formaban cual explosiones miniatura del oxigeno en aquella zona de su mano, que finalmente terminaron por convertirse en una flama del tamaño de la misma que se mantenía suspendida en la palma ardiendo de forma constante por el flujo del elemento combustible del aire y otorgándole así una única antorcha a ambos.
-Servida- dijo en un tono amable dirigiendo una sonrisa a la chica, y tras ello se adelanto nuevamente comenzando a actuar como guía por los pasillos cerrados de aquel corredor que terminaba sin embargo en un sitio de bifurcación donde sus pasos se detuvieron. -¿izquierda o derecha?- pregunto, girando levemente el rostro y alcanzando a ver a la ninfa. Su atención se centro en aquel momento en su lado diestro y tras ello espero pacientemente a que la joven decidiera, o al menos a escuchar su opinión, lo cierto es que si bien el habría tenido sus aciertos durante el viaje, era ella quien se mostraba mucho más hábil en la forma de ubicarse o decidir los caminos, quizá era algo instintivo en lo que la joven le superaba.